¿Qué es el Tarot?

El Tarot es una mancia, una forma de adivinación. En concreto es la herramienta primigenia de la cartomancia, adivinación mediante el uso de naipes. Puede que sea la más antigua de todas las mancias, si su origen ciertamente se remonta al Imperio Antiguo de Egipto.
Si de lo contrario, tal y como se especula también, tuviera su origen en una temprana edad media, las mancias orientales como el I Ching (llamado Libro de las Mutaciones, un libro oracular chino datado del 2400 aC.) o el Chaturange (precursor del actual juego de ajedrez y datado de la India del 500 aC.) habrían surgido antes que el Tarot.

El Tarot es una baraja de setenta y ocho naipes denominados "arcanos" divididos en dos grupos, que mediante su azarosa intercalación propone un código adivinatorio que es interpretado por un estudioso del mismo, llamado tarotista o cartomante. Es rotundamente falso que el Tarot sólo pueda ser usado por los llamados clarividentes (personas supuestamente dotadas de una percepción extrasensorial mayor que la de los demás) : como todas las mancias es apta para todos aquellos que se dispongan a estudiarlo y no se tarda mucho en aprender a manejarlo.

El Tarot es también un juego de mesa, ya que la mayor de sus dos partes consta de cincuenta y seis de las cartas usadas desde hace siglos para jugar a juegos tales como el tute o el solitario. Ciertamente, el Tarot es el origen de las barajas de naipes para jugar.
Aunque puede que el Tarot no sea, como veremos más adelante, la mancia primigenia, la más antigua de todas, sin duda alguna es la más famosa y utilizada en el mundo entero.

El Tarot encabeza una amplia lista de mancias que, aunque trágicamente perseguidas y desprestigiadas por muchos, se llevan utilizando desde tiempos muy remotos. Algunos ejemplos de mancias también harto extendidas son la Quiromancia, o el arte de leer en las líneas y las formas de la mano; las Runas, signos vetustos de origen escandinavo normalmente grabados en masilla cuya lectura proporciona un código similar al del Tarot; o la Cristalomancia, el arte de interpretar las formas que se contemplan en una bola de cristal, típicamente asociada a la clarividencia.
Resulta curioso que algunos de los juegos más conocidos en todo el mundo surgieran de antiguas formas de adivinación. El ajedrez, como las cincuenta y seis cartas del mazo para jugar, es el otro ejemplo por excelencia.